MAMI
[46]
Una enredadera tengo para ti
con encajes de seda escarlata,
mi corazón donde te escondo
en pequeño cofre de plata.
Tengo
espinas que desangran
blanca
sangre de mis venas;
nívea la espuma
que
se esconde entre las rocas,
si
nuevas llegan.
Dulce reina tan querida,
para ti la oración de tus labios aprendida,
manos cálidas sobre tus heridas
y el alma de un poeta.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 17/13
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