CABRA
MONTÉS [45]
La cabra montés no tiene miedo
sube y sube por la cuesta,
desea del cielo aquél globo encendido,
busca un lucero en la noche oscura
y me roba de lo alto,
todo
lo mío.
Su meta es la cumbre,
sus tetas llenas de bondades
donde la fiebre del amor le guía.
Va cerca del Pastor con un cayado
que advierte un cabrito balar
cerca
de una roca, bajo un olivo.
El miedo marchó, cabrita mía,
tan diáfana como tu vida,
voló lejos mi niña consentida.
Sobre la mesa quedó tu blanca leche,
y el recuerdo de la flor más querida
que
balaba y balaba
por
las encumbradas peñas
de
la patria mía.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 17/13
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