VAINAS DE LA ALCALDESA [35]
¡Oiga,
tengo hambreee!... ¿Será que toma un poco de avena?, o prepara papas fritas con
leche... con... ¿hay arroz?... bueno entonces con lo que haya, ¡con agua!, y en
esto recuerdo a una viejita que se
alimentaba con agua y sal y un poquito de cilantro, eso aprendió a comer, murió
de vieja, con un rostro de santa, y un brillo en los ojos, que no lo veía sino
en los de mi madre.
En estas, parece que el viejo se fue de nuevo para la finca, ha olvidado lo más
importante y lo que está enfriando ésta relación, ha olvidado que los gritos
han abierto la herida que trataba de cerrar, y que “perdón” salió de nuevo volando
por la ventana...
Tengo
hambre, ¡mucha hambre!, más no importa que la nevera esté vacía hoy, muchas
veces está llena, pero ahora está antojado por otras cosas, se siente solo, y
esa soledad con de rabia y odio, no la puede mitigar si no sabe entregar amor y
no aprende a perdonar y a perdonarse.
Me escondo mientras tanto, creo que alguien preparó algo para mí. El hambre se
mitiga con un vaso de agua, pero esa otra hambre ¿quién la mitigará?...
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, 23 diciembre/13
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