¿VANIDAD
O NAVIDAD? [29]
Si le diéramos más estimación a un abrazo que a un diamante, el planeta no
estaría en las condiciones que lo estamos dejando.
Si dejáramos de usar piedras costosas y compráramos más artesanías, nuestros
indígenas no estarían llegando a las playas a mendigar las espinas de sus
propios mares.
Si apreciáramos más una gota de rocío, que el ilusorio brillo que deja la
vanidad,
estoy segura que nadie lloraría en navidad.
Burbujas de colores en árboles de mentiras, serían reemplazadas por justicia
social y un poco de paz.
Una navidad con más brillo en los ojos, sería la oportuna venida de un niño que
llora en su cuna, porque su madre está sin trabajo, y nadie está dispuesto a
dar la oportunidad a quien no tiene experiencia...
¿Cómo desean experiencia si las puertas
se cierran?
¿Vale acaso más tu mano adornada de joyas, que un abrazo a quien lo necesita?
¿Es más la mano que se adorna de falsos brillos, que la mano que mitiga el
dolor?
¡Quítate toda esa vanidad de encima!... es bonito sentirnos libres de ataduras…
Alguien ha robado las joyas, las pocas que guardaba en mi closet, el regalo de
mi hermano, el de mi esposo, los detalles de mi vieja, mi amor, han manoseado
mis asuntos privados y personales y dejaron patas arriba mis cosas, como si
fuera un muladar.
Si han servido para mitigar el hambre, no me importan, pero si han sido para el
vicio, tal vez debas rendir cuentas de rodillas…
Ya no quiero joyas caras si fabrican bellezas con trigo y semillas, y en arcilla
se consiguen adornos preciosos sin tanto valor.
No le demos tanto mérito a un vestido de marca, ya que eso indica lo pobres que
somos, pues estamos llenando de riquezas a los demonios, que se hartan, con
nuestras miserias y tontas vanidades.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla,
diciembre 23/13
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