AQUÍ ESTOY [44]
Sí madre, porque fue tan pronto todo
No asimilo todavía mi tiempo sin ti…
Pero un amigo no puede moverse
Ni siquiera sus manos,
Hace preguntas y preguntas, deseando amor
Anhelante de caricias de una mujer.
Sólo dice: aquí empieza la nieve…
Hace mucho frío en las montañas
Y aún en ésta cama que por suerte tengo
Donde me ladean, me suben, me bajan,
Suspiro día y noche por un beso en mi boca,
Anhelo una caricia entre mis piernas,
¿Acaso es que no soy un hombre?
¡Qué triste lo presiento!…
No sé qué decirle, ni cómo aliviar su soledad.
Es que me envicié también a estar sola
Pues desde que te has ido,
¿Con quién he de hablar?
Mi amigo comenta que todos pasan sonrientes
Que se brinda con los mejores vinos,
Se aprovechan de sus tarjetas débito,
Que sus manos no pueden pasar un canal diferente
Pero que ahora, por la magia de la tecnología
Puede usar su voz, y al menos, hablar con alguien.
Él tiene un nombre, un apellido…
Una anciana madre que lo cuida.
¿Y si no estuviera ella?, ¡ya es un tronco cansado!,
Va por los 85, está agotada y débil…
¡Oh Dios!... Si al menos una mujer
Para recibir un poco de calor de su boca,
Para que sus manos me recordaran que estoy vivo
Y con las mías se abrazara…
¿Qué me dices amiga?, ¡y tú que te quejas tanto!
¿Podrías acaso regalarme un lametazo de tus labios?
Así como una vaca a su cría… ¿suena romántico?
¡Jajajaja!... desde el cristal de mi
computador lo acaricio
¿Puedo levantar tu ánimo caído?
Puedes sentir desde ésta línea invisible
¿Que también me siento sola?
Pero él sólo sonríe… al menos una sonrisa,
Un toque mágico entre líneas negras y blancas
El sonido de las gotas de rocío ajustadas en sus
ojos.
¿Ya no sientes frío amigo?
Deja que pase mis labios por los tuyos…
¡Tan solo imagínalo!, lo haremos los dos
Sin pecar… ¿es pecado soñar?...
¡No lo sé!… -responde desde su cama-
Lo alcanzo a ver con los ojos brillantes
Sus manos quietas, inmóviles…
Su cuello ha podido mover
Su boca ha podido abrir
Y a través de los cristales me acerco un poco…
Ven… vamos a morir los dos un tanto…
Cierra los ojos, abre un poco más la boca
Y déjame bendecir éste segundo de vida
Tal vez mañana sea tarde, y no podamos ver siquiera
Cómo caen los copos de nieve del cielo,
Y se arman muñecos con una sonrisa.
Se quedó viéndome a los ojos,
Pasé mi mano por su pecho…
Eestaba vivo su corazón,
Tan vivo, que los dos estallamos en llanto
Como cuando abre una flor
Y el colibrí se encanta.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 20/13
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