ESA
VENTANA [7]
Esa
ventana me recuerda tu mirada,
negros
ojos, oscura cabellera,
en
celo parecía la noche,
y mi
corazón una hoguera...
Al
asomar de tus pupilas,
un
leve temblor en mi cuerpo,
mis
pomarrosas se crecían,
eran
ondulantes olas en el mar
relamía
mi boca
imaginando
tu lengua en la mía,
entrelazada
cuaI miel en una flor.
Quise
amor mío, ser un verso en tu cuello,
convertirme
en poema
enredado
entre tus piernas,
para
ser elegía al amanecer.
Esa
ventana era ciertamente mágica,
entre
las flores te vi una tarde marchar,
y
se fueron todas mis ilusiones
para
quedar escondida,
entre
perlas de la mar.
Más
recogí la tarde, envolví el horizonte,
me
amañé con las palmeras danzantes,
le
entregué mis sueños al verbo,
y
ahora vivo feliz con él,
como
mi amante.
Esa
ventana ¡por Dios!,
esa
ventana te recuerda;
cada
flor, cada lirio,
cada
promesa…
Ahora
quedo viendo con tristeza
que
de mis manos viejas,
se
prenden gotas de rocío
convertidas
en rosario.
En
mi boca una palabra teme por salir
pero
al fin proclamo al viento
que
eres ese amor que cautivo en mí,
se
ha quedado para siempre.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
noviembre 29/13
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