viernes, 1 de noviembre de 2013

EN LA PRADERA 3 [150]

EN LA PRADERA 3 [150]


Buscando poesía,

hallé dos potros salvajes
pastaban sin prisas
y tocaban sus ojos
la profundidad de un lago.


Era él grande y brillante,

con ojos de mozuelo, 

y ella, una niña enclenque

que acababa de bajar del cielo...


Encontré poesía en sus ancas,

levantaban polvo en la pradera.


Sin temor, aunque temblando,

sus penas fueron templanza,
y sus bocas hallaron ríos y lagunas
cuando sus lenguas se juntaban.


Las tristezas marcharon arrogantes,

entre hilos transparentes perdidos en la tierra.


Era poesía su verbo,

su belleza y su danzar...

Los cascos sonaban sobre las rocas,
el tambor fuerte de su corazón

buscaba un trigal...


Y el potrillo tomaba vino de su interior
aferrado de dos tetas pequeñas,
para con su dulzura encontrar vigor.



La poesía empezó a correr al fin
con esa gracia infinita de un potrillo y su madre,
buscando subir la cuesta para relinchar.



Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 1/13








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