EL
CUERVO (Cuento infantil) [24]
En
un bosque donde sólo habitaban las aves del cielo, las flores que se hacían
pequeñas ante los árboles más grandes, y los colibríes que siendo pequeños
parecían enormes, habitaba un cuervo... Su graznido poco gustaba, pero él siempre
trataba de hacerse notar, solo quería ser parte de lo mismo, pero se empeñaban
en marcarlo como el de la mala suerte, y entonces encontró una flor, a quien
podía robar un poco de su brillante color.
Él
pensó: si me ven de otro color, pueda ser que el negro les guste, y sobre una
flor del bosque más roja que la sangre, sus alas restregó, dejándolas teñidas
de mágico color...
¡Qué
hermoso!, ¡miren!... no se parece al cuervo negro que a veces viene por aquí,
éste tiene un encanto especial en sus plumas de colores...
El
cuervo ante tal emoción quiso cantar como ellas, pero el graznido lo delató,
pero las aves sólo veían su apariencia exterior y ni cuenta se dieron.
¿Escuchaste
ese canto?... ¿Sería de ésta hermosa ave?...
-¡Siiiii!...
respondieron en coro...
Es
el ave más bella que ha llegado, y empezaron a corear y danzar a su lado,
mientras él, un poco tímido se acercaba.
La
lluvia de la tarde los sorprendió, y sus alas se habían desteñido, quedando
como siempre, su negro traje, pero para su sorpresa, las aves habían olvidado su apariencia
anterior, pues ahora era el cuervo que amaban, habían visto su alma.
Cada
día regresa con su graznido que las llena de amor, y los malos trinos cuentan
que tuvo amores con un ave del paraíso, y otra flor en el bosque nació.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
noviembre 28/13
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