viernes, 15 de noviembre de 2013

LAS OLAS HABLAN [72]

Ocaso. Imagen: Sonia Rueda B.

LAS OLAS HABLAN [72]

Escuchando el sonido del mar
cual son de violines,
desatados como un alma loca
en el  incierto camino,

¿cómo no he de agradecer
por ésta tarde y éste día,
que se ha bendecido en una iglesia
mi viejo escapulario?

Si de tus ojos prisionera
cual sepulcro  
vivo enredada siendo una sombra,
ante la marcha del ocaso,

así puedo ahora reclinar mi rostro sobre tu hombro
y gritar al viento que resucito cada instante,
para morir al segundo que viene...

Como no,
escuchar el sonido
de las viejas campanas de la iglesia,
que se repiten,
con la voz de las ramas en el bosque.

¿Quién llorará por la muerte de los insepultos?

Los veo bogar silenciosos,
ante la mirada del cobarde...

Pero las olas,
a pesar de todo los abrazan,
y a pesar de la sal en los ojos,
les regala un beso.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 14/13





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