COMO
EL TRIGAL [105]
Cierra
los ojos y escucha,
hasta
el color tiene ruido.
El
cieno se ha recogido
y
lloran las cigarras.
Abre
los labios y bendice,
un
ave acaba de trinar conmigo,
es
suave la mañana,
y
no sé cómo caerá el rocío.
Un
gorrión tal vez anidaba
bajo
una pequeña rama.
¡Es
tan quebradiza la vida,
cuando
el corazón se inflama!
Pero
aun así, mi amor,
te
has quedado para siempre
dentro
de mi corazón,
con
el encendido rubor
de
las rosas en noviembre.
Abre
los labios para darte un beso.
al
momento del silencio,
si
hay retorno de las aves que se fueron
y habitan
de nuevo mi aposento.
Nadie
está triste hoy…
Entretejo
con las ramas un nido.
¿Seré
gorrión o mirlo?
¿Seré
mariposa en el camino?
¿Quién
llora?
Lo
que fue no se repetirá.
Pero
al ver las hojas caer,
un
suspiro me alivia
al
sonido de un murmullo
que
acaba de regresar.
Las
he visto tan iguales,
sólo
bajan a reposar
para
que broten encendidos lirios,
sobre
el reseco pastizal.
¡Detalla
cómo se clona el rocío
cuando
bajan las cascadas…!
Besan
con amor a las aves
y
desde que inician el viaje
pasando
por la quebrada,
¡siempre
van alegres
con
su divina tonada!
Como
el trigal es la vida,
ayer
verdes tiernos,
hoy,
tibio pan que se amasó con el tiempo
y
se adobó con lágrimas.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
noviembre 8/13
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