19
DE NOVIEMBRE [15]
De
inicio a fin, un día lleno de sorpresas, pero al pasar las fotografías, en cada
brillo hay un mensaje claro del sol, ese Dios oculto dentro de él o detrás, que
nos advierte que nada sucede sin su voluntad, y que aún bajo tierra, Él tiene
poder para hacer brotar sus semillas y hacerlas reverdecer.
¿En
qué nos convertiremos cuando no seamos carne, ni piel, ni huesos?
¿Nos
transformaremos solamente en abono?
Lo
que sí es verdad, es que regresamos al polvo de la tierra, y el alma que movía
esa imagen de colores mágica, que nos permitía pensar y soñar nuevos días, se
elevará hacia un infinito, un estrado superior o inferior, del que posiblemente
tendremos que regresar a cumplir la misión por la que llegamos a este paraíso.
La
tierra prometida es nuestro planeta... si el hombre comprende esto, abrirá
muchas tumbas, pero no para sembrar la muerte, sino para sembrar vida, que
florecerá, y permanecerá por siempre siendo parte del universo y del infinito.
Ahora
alguien está ocupado, ¿pero sabemos el día y la hora?, muchos tendremos que irnos
al momento de nacer, o antes, y otros, si un arma se dispara y el odio continúa
acabando con la vida, aunque la vida es
asunto de Dios, será tan infinita como Él.
Siempre
pedimos al rayo de luz que ilumine una pequeña parcela, que sea liviana la
muerte, que no duela, que no haya dolor para nosotros, pero se nos olvida que no
tenemos poder sobre ella, es un regalo maravilloso, y que mientras podamos ver
el sol, y presintamos la primera estrella en el cielo, será motivo para ser
cada día mejores, perdonando y perdonándonos, con semillas en nuestras manos, y
abundante abono en el corazón.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
noviembre 27/13
Cumpleaños
de Anderson. Un rayo de sol.
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