jueves, 28 de noviembre de 2013

NUESTRAS MANOS [16]


NUESTRAS MANOS [16]

No fue fácil, ¿acaso nos enseñan a descubrir las espinas que estarán en nuestro camino sin saberlo?

Pero ellas no se cansaron, a pesar de las heridas injustas pequeñas semillas fueron sembradas cada invierno de sus ojos, y cada verano de sus ramas.

Las manos se acariciaron, se buscaron, se enredaron, y luego... se alejaron...

Por esas cosas de la vida las semillas fueron y la fortuna de a poco se apartaba, quedando besos de espuma entre sus alas.

Pero ellas se contentaban con aprisionar entre sus dedos vanas estrellas, que con las brisas del tiempo, otro brillo les presentaba.

Se entretuvieron entre pañales, copos de seda, labios de gasa...
Se abanicaron sus pechos entre sonidos de corazones tiernos,
se alzaron para bendecir tan hermosos rostros, tan divinos ojos...

Ya sin guantes de blanca seda, el tiempo implacable no perdona...
Pequeñas pecas color de tierra, abrieron heridas nuevas,  para sembrar amores.

Y el tiempo sigue, con incansable son,
mientras las dos se entrelazan en oración.

Ya no hay premura, otro tiempo viene alentador,
otros cansancios asoman con la vejez,
nuevos azahares brotan de los naranjales
y los limonares, ¡parece que  están en flor!

Raquel Rueda Bohórquez   

Barranquilla, noviembre 27/13


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