viernes, 25 de octubre de 2013

SARITA [34]



Sarita y Caro

SARITA [34]

¿Quién era mi chiquita?
Ella era un día de alegría
una carcajada al verla correr.
Siendo diminuta se creía gigante
y como grande, ante una mirada,
se hacía pequeña,
un pedacito de ángel
que nos hacía enternecer.

Nuestra cosita que tanta alegría nos dio
ha subido al cielo,
con ese triste final de la vida
donde siempre acusa el dolor.

Es que la muerte viene vestida de lágrimas
y no era un perro, para tratar con desprecio,
era un pedacito  de Dios.

Ya es libre, puede corretear sin miedo
ya no le duele el corazón
ni sus patitas de seda,
ni estará sobre mis pies nunca más,
pero está el consuelo de que fue amada
y nunca el maltrato su vida tocó.

¿Y vas a llorar por un perro?
Guarda tu llanto para mí /dicen los necios.
Nuestro angelito  era parte de todos
era un querubín  llenito de dorados cabellos
que inundó  nuestra vida de amor.

Allá a donde están los buenos,
aquéllos que vinieron para entregar felicidad
estarán  las almas de los pequeños
que como grandes actúan,
y de premio esperan tan solo una mano
una caricia soñada en los dedos enredada
y un mendrugo de pan.

Estarás aquí donde te amamos
porque también fuiste regalo del cielo.
Ya no pelearás con Lucía ni con Chanchy
y estarás cuando llegue mi niña
esperándola ansiosa en la puerta,
cual  luz  que baja del cielo
para dar un cariño al despertar,
y un beso al dormir.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 24/13

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