POESÍA
[33]
Buscando
definir la poesía
tropecé
con una copa de vino.
Entrañable
compañía me parece,
si
estás conmigo.
Y
me antojé de nuevo del silencio,
quise
desnudar los inviernos y atrapar veranos.
Imaginé
un sueño de gaviotas,
donde
era quien las guiaba.
Poesía
es mi madre,
es
mi abuela…
Descubrí
al tipo descalzo arrinconado,
como
una triste poesía
compuesta
de pedazos de cartón,
sin
halagos ni risas,
pero
con la mirada franca,
donde
están señaladas
las
vergüenzas de la vida…
El
panadero que formó desde la harina
el
pan que pruebo a diario,
con
el sudor de su piel cansada y agotada,
sin
recibir alivio a sus dolores,
y
a la señora que cuece caldos con la vida
y
se limpia el sudor con las manos.
Se
arropa en las noches con sus hijos,
se
levanta temprano
antes
del canto de las aves.
¿En
dónde está la poesía?...
En
tu boca rica en palabras
para
bendecir y agradecer.
En
las letras que regalamos a otros
sin
mezquindad.
Ahí
reposa el alma,
se
desviste una flor de madrugada,
inicia
un beso y termina una vida
empapada
de sangres rojas,
y
de llantos de cigarra.
¿Cuál
será la poesía?...
¿Quién
puede definirla con certeza?
Casi
que agacho la cabeza con pena y dolor
para
ver a un niño
que
se nutre de humos oscuros,
se
deja vencer de los vicios,
sin
ver un poco más allá,
sin
caminar erguido por las montañas,
ni
tropezar con las orquídeas;
sin
admirar la caída de una hoja seca
desde
un roble,
sin
ver florecer los cerezos,
ni
disfrutar de una tarde
de
la mano de alguien…
No
hay poesía sin amor…
Escribir
con odio no es poesía,
ella
habla de la bendición de una espiga,
del
adobo del pan,
del
crecimiento de una semilla
en
un rescoldo olvidado del camino…
Poesía
es la mano de un amigo,
de
un hermano…
Es
la esperanza de un verso
declamado
sobre los pechos de una mujer,
absorber
de la miel que brota de su interior
que
nutre la vida y la engorda con dulzura,
se
cuida y se ampara en un poema
tan
rico en frutos y abundantes flores
que
es interminable describirla…
Poesía
es el sol
que
nace entre las montañas.
Es
el cielo bordado en estrellas,
con
la vieja luna dorada y apacible
que
nos inspira a cantar,
y
a bendecir la vida.
Eso
es poesía…
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
octubre 23/13
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