sábado, 5 de octubre de 2013

PERFUMES EN EL VIENTO [114]

PERFUMES EN EL VIENTO [114]

Cierro los ojos, el fuego se enciende,
descubrimos nuestra lámpara un instante,
para retornar el silencio…

Los sonidos,
la voz de la piel entregada a la madera,
los cabellos enredados,
el rostro teñido de colores,
los labios que aprendieron a besar
viendo a los niños cantores…

Arregla un poco la mirada,
percibe todo lo que llega,
suspira,
aspira,
parpadea…

Dame tu mano y siente la suavidad de la piel,
desnudo, ¡así!,
sin más arrogancia que el bosque,
sin más sufrimiento que los mirlos cantando,
sin más dolor que los brotes púrpura,
sin más espinas y dagas
que el amor de Dios.

No te alejes tanto que no me descubras.
Palpitamos como tu corazón,
vemos con tus ojos,
amamos la existencia y a nuestra madre tierra.

Ahora parecieran cánticos ausentes,
retornarán las brisas con todos los jazmines
impregnados con aromas de pinos silvestres,
llenos de hojas verdes y enormes árboles
retornarán los niños que se fueron
y se repoblará la tierra.

No te alejes tanto que no sientas el aroma,
no te escondas demasiado
que no adivines su gracia.

La luz de las estrellas no ciega,
la misma luna colgada de tu ventana,
el mismo amor como un ruego
si se doblan las rodillas
y el verbo se conjuga entre las ramas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 4/13






No hay comentarios:

Publicar un comentario