viernes, 25 de octubre de 2013

GRACIAS [30]

GRACIAS  [30]

Gracias por tu insulto, porque gracias a él me di cuenta de lo frágiles y volubles que somos, pero también me di cuenta, que no alberga odio mi corazón, y esto fue lo mejor de todo.

Gracias ya que  pude descubrir al ser humano en la cumbre y el piso, y me di cuenta que ante la muerte, todos nos igualamos, y ante el dolor somos amigos.

Si, miles de gracias, porque aprendí que es mejor ser humilde que arrogante, pues si te elevas demasiado, te puedes golpear fuerte en la caída, en cambio, si te haces pequeño, aun cuando grande, no habrá golpe ni dolor.

Gracias a los odios ajenos, a las críticas de cada día, a la cizaña sembrada en mi camino, a todas esas caídas, ya que la providencia siempre estuvo ahí, como una luz brillante en medio de mi propia oscuridad.

Es así como crecemos, es así como nos levantamos en medio de la hediondez de nuestro propio lago, y es así como flor de loto abre sus pétalos a un día nuevo, y el colibrí de paso regala un beso, y ella le recompensa con la miel de su interior.

Gracias a ti por el amor que proclamé sin ser correspondida, pues gracias a ello, me di cuenta que podría ver un poco más allá, hacia ese norte donde unos ojos nos detallan y nos miman, y  en cada jardín nos deja un verso en una flor.

Gracias por escupir a mi rostro, fue duro al principio, pero me pude limpiar, y aquí estoy, con el mismo Dios como testigo, y la misma luna alcahuete, que me persigue en las noches, si pienso en mi verdadero amor.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 25/13


No hay comentarios:

Publicar un comentario