MIS
CEREZOS [51]
Viendo
hacia mis cerezos
el
encendido violeta de otros tiempos,
un
aroma se ha confundido entre las sombras
y
una mariposa de colores se empeña
en
tanto navego,
con
las prisas que me toquen.
El
lago, mi lago azul inconfundible
¡Ayer
todo era encendido!
Me
pegaba del cielo todo el tiempo
y
al palpitar del corazón, una sonrisa,
ahí
las pequeñas manos se abrigaban,
y
las bocas de niño, se pegaban de mi
pecho.
Dulce
amor ¿en dónde estás?
¿Quién
te roba mi cariño?
Caen
de nuevo pétalos sobre mi lago,
torna
la oscuridad en pleno día,
y
mis lágrimas no conmueven.
Se
escuchan balar ovejas blancas en el cielo
y
el corazón se empeña
en
una imagen en la pared.
¡Vuelve
niñez!
Regresar
quisiera el tiempo
si
de tu blanca piel mi alegría,
combinaban
tus ojos azules con todo
y
tu desnudez mi alma conmovía.
Se
agitan las brisas de octubre
se
agotan los perfumes,
se
vuelve fruto las flores
mientras
caen los pétalos sin pena
y
se alejan,
entre
las espumas que van y vienen
junto
a las sales de mar
y
los brillos de la vida.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
octubre 21/13
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