LLOVIENDO
[16]
Bendición
de diamantes,
cristales
de tus ojos...
¡Oh
cielo mío que acampas!,
que
dejas tus gotas de rocío
para
que la vida convierta todo,
en
verde fantasía.
Entre
los brazos
de
mi amante soñador,
escuchando
tus gotas como besos,
gime
la noche y surca el rayo.
Deja
un hilo violeta rayando el cielo
como
un verso divino,
un
poema declamado.
Llueve
pasión,
llueven
besos sobre mi boca,
descansa
tu furor en mi desnudez,
alivia
los calores del día
y
convierte en río éste amor.
Abre
la rosa
¡Qué
tonos tan hermosos!
¡Qué
temblor el de tu cuerpo
tallado
junto al mío,
mientras
la lluvia cae
con
sus gotas de rocío!
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
octubre 28/13
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