lunes, 14 de octubre de 2013

DESPUÉS DE MÍ [60]


Publicado por Raquel en 19:59

DESPUÉS DE MÍ [60]

Hoy quiero desprenderme de mí, para imaginar un bosque, para convertir el pensamiento en una cascada clara y transparente, para imaginar cómo la naturaleza es tan perfecta, que todos los defectos están en el hombre que no comulga con ella.

Desde aquí, ésta imaginaria montaña, detallo nubes blancas y azules, amontonadas como ovejas gigantes, y un ángel de blancas alas que las guía, al momento todo se desliza, un golpe las hace roncar, y una luz intensa de todos los violetas dorados y rojos, nace de la tierra, ¿o baja del cielo?... todo tan perfecto, que siento que no soy parte de algo tan hermoso.

Después de mí… ¿qué soy acaso?...
Me creo con enormes poderes, puedo derribar un árbol que tiene todos los siglos vividos, que ha escrito todos los poemas del universo, y ha cobijado la vida de todas las aves del cielo…

Puedo decir que esto está bien y aquello mal, a pesar de mi frágil existencia, adueñarme de la vida de otros y devorarlos, decidir sobre el destino de otro ser vivo, cuando no soy dueño de mi propio destino…

Detallo de nuevo todo… ¡y es tan perfecto!...
Descifro en una hoja verde los sueños de la hoja dorada
Cae del inmenso árbol de la vida sin queja alguna,
y se deja ser sumisa, para lo que fue asignada…

Después de mí, están las montañas, y creo ser la montaña…
Están los azules del universo y creo ser el color…
Están todos los movimientos que también suspiran y sienten
pero creo ser el poder sobre ellos, y extiendo la mano para castigar.

Tengo voz, pero no como la de un mirlo, ni un ruiseñor…
Y sólo los músicos merecen un espacio… los poetas que sueñan un mundo mejor… los científicos que buscan el bien tanto del hombre como de la naturaleza, y algo no funciona en el cerebro, el hombre se ha vuelto un pobre bruto, un soñador de riquezas que todo lo daña a su paso, cuando no es dueño ni de la brisa que respira…

Después de mí, ¿qué soy?...
Detallo una roca, y ella lo es todo… es la estación, la palabra no leída
el tiempo de un anciano, de todos los ancianos que vivieron una historia y no fracasaron como lo estamos haciendo ahora…

Somos la perdición para el planeta, me da pena, me avergüenzo de lo que pensarán las futuras generaciones, ellos deben levantarse, los jóvenes deben recuperar el tesoro de la tierra, las esmeraldas bosques, los trajes ríos, los valores que se han perdido por ir detrás de nada…

Después de mí… siento pena…
Hoy ante las fiebres que dejaron mis labios resecos una vez más,
siento que la vida de ésta generación fue una pérdida para el planeta,
y que los jóvenes tienen que izar la bandera para recuperarlo,
si no, también será un desperdicio sus vidas…

Serán como troncos vencidos que boguen y boguen
para llegar a la misma orilla,
sin un fin, sin un motivo…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 14/13



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