Publicado
por Raquel en 19:56
MIRADAS
[61]
Anderson
q.e.p.d.
¿Qué
pensaría mi monacho en éste momento?
¿Adivinaría
que estaba cerca, de ese cielo que parecía lejano?
Amó
tanto a su perrito como a quienes lo rodearon, fue valiente y arrojado para
decir lo que le molestaba, y así, con esa fuerza y ganas de vivir, marchó sin una despedida.
Y
no es para llorar, es una fuerte lección de vida para todos, para que
aprendamos a ser humildes, y a bajar el rostro ante el poder de Dios...
Pero
él lo imaginaba...
Él
sabía que su vida no le pertenecía, esa semana lo proclamó muchas veces, lo
escribió, lo manifestó, y si revisamos sus comentarios, se fue más feliz que
muchos que hemos vivido demasiados años.
Mi
amorcito, un poco de fuerza para este nicho que nunca lo habrá de olvidar, y
que como un hijo lo amó.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
octubre 14/13
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