CUANDO
UNA MARIPOSA [101]
No hay engaño, si el estuche se abre, y una mariposa vuela...
He visto el tornasol de sus alas... /tan azules se plantaron frente a mí.
Pareciera un trozo de cielo vagando por ahí
y en medio de todo, un sueño le pedí.
Regálame un suspiro de mar, y entre lágrimas me inundé de sal.
Obséquiame el verde esmeralda...y el bosque cambió sus hojas.
Dame un poco de alegría... y estaba feliz viéndome de nuevo al espejo,
cuando entre la penumbra, la danza terminaba, y sus alas se quebraron.
Entre el hálito perfumado se perdió… /ahí despuntaba el día
y se hacía eterna la primavera…
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 9/13
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