lunes, 23 de septiembre de 2013

SOÑANDO 4 [37]



SOÑANDO 4 [37]

¡Qué verde está el bosque!,
Parecen esmeraldas vivas
y me guardo en ti para amarte,
me conservo limpia para tu amor,
sin importar más, tomaré la barca.

¿Puede el tren de la vida regresar?
Hay un destino marcado y es tu boca,
hay un sendero llano y es tu pecho,
hay una esperanza en tu corazón.

Mi roble amado, a quien tantos versos construí
hoy está lleno de brotes nuevos,
tus divinas flores son un acolchado
a donde llegan a picotear los mirlos,
y con bondad inmensa me regalan su cantar.

No parezco una hoja reseca y muerta
desde que arribaste para dejar tu amor,
ya no soy la burla de otros,
pues alguien fuerte y poderoso
me ha regalado un ramo de rosas rojas,
para al fin, llenar un cántaro vacío.

Encuentro apacible mi lago, tus ojos…
Eres la cascada que rebota,
enardece mis sentidos
pues cae un cúmulo de diamantes
a entregar su amor a las flores,
y saltar veloz a mis brazos.

Un regalo de lluvia fresca,
un árbol encendido en hojas para su otoño,
un bosque que espera primaveras.

Le pedí al Dios que transita con el viento
y me ha enviado tus ojos azules…

Le rogué a la luz de las estrellas pasajeras
y como un ave, retorno contigo a mi lugar,
donde seré tan amada y perseguida
cual del bosque los rayos del sol
y de tu boca la mía.

Me gusta ver,
Dios viento sacude las hojas
y mi otoño es un dorado;
las flores parecen felices niñas
si enamorado las tocas,
y yo, parezco una gacela libre
ansiando un beso de tu boca.

Iré contigo,
junto a mis pichones surcaré el cielo,
sólo espero ser feliz, me cansé de tu ausencia,
me aburrí de la falta de clemencia
y de tanto desamor en mi huerto.

Me dijo la voz del viento que esperara,
que nada es por siempre,
y en un instante de palidez en mi rostro
sin buscar nada, ni a nadie,
apareciste como un regalo del cielo
y tu brillo se ha quedado conmigo
para ser mi último amor, mi consuelo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 23/13

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