domingo, 8 de septiembre de 2013

PALABRITAS 080913 [110]

PALABRITAS 080913 [110]

No me sorprende después de un cántaro de lluvia helada, ver salir el sol, y al instante, un grandioso arco iris, que permite madre hermosa, recordar tu inmenso amor.

No es tiempo de poemas, porque los demonios quieren violentar el cielo, desean llenar de pus el viento, y que un hedor a sangre y fuego, sea nuestro alimento.

Regreso una vez más, porque la intensidad del mar toca cada orilla de mi cuerpo, se arrincona en el nido de la calandria,  recuerdo que entre las rocas, suspiraban las gaviotas, y me entretuve un rato viéndote, mientras acariciaba un poco el arenal caliente.

Cómo me gustaría volver a delinear tus labios con mis dedos, y morder un poquito de tu lengua, espero que el sabor del tiempo exija un acorde pausado de mi corazón, y todavía me hagas cerrar los ojos.

Hasta el parpadeo de un sinsonte y la caída de una hoja, son voluntad divina, no puedo discutirlo, acabo de suspirar y sé que sin  aliento no hay vida, y sin vida, tal vez pueda ver a Dios a los ojos, pero la mirada de un niño me acerca al manantial manso de su amor, y la música a la voz de su alma.

No es malo, es sólo que nos equivocamos, pero los dos merecemos una nueva oportunidad, él se enloquece por las chicas jóvenes y hermosas, yo estoy deseando un buen hombre a mi lado, y tal vez nunca lo encuentre, pero él tampoco encontrará una persona leal como yo...

Tengo un amigo tan amigo, que hasta bajo tierra sería mi enemigo sin razón, pero he visto florecer los cactus en todo tiempo, a pesar del ardiente sol y de la falta de lluvia, siempre agradecido a su Dios regala las más divinas flores.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, septiembre/13

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