AHORA [111]
En el momento de la lluvia, sobre una roca
espero…
Soy la misma gaviota de ayer, la herida paloma,
el motivo, las sonrisas al amanecer, y la
carcajada de las olas
tan hermosas y ligeras, tan de brisas y sales
vivas.
Ahora, cuando esperaba un enorme ramo de rosas
me tallé las manos con heridas nuevas,
no importa, estoy acostumbrada al frío de la
tarde
a las ausencias de cariños,
y a los golpes al rostro sin motivo.
Pero levanto la mirada,
escucho al canario dorado en su jaula.
Un impulso de alas cerradas
al descubrir nuevos trinos, y otras tonadas,
una estrellada ante barrotes obligados,
y de nuevo inicia el llanto.
La cigarra ante la fuerza del calor siempre
canta,
explota ante la lluvia y es pleno el amor.
Un cascarón vacío se parece a mí
una hoja desnuda ante un arroyo fresco
se aleja para llegar al mar.
Más no importa, una estrella de nuevo marcha,
no era mía, era de la brisa, así todos los
sueños
llegan y se van cada día, cada noche, al abrir
los ojos,
y aparecen rezongando al cerrarlos.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 8/13
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