OLVIDANDO [150]
Dices
que la olvidas, mísero destino...
Si
cada vez que la nombras un ahogo
cual
exquisito vino con el que brindas,
y
dejas de mis ojos una lágrima, un atoro.
Pretendes olvidar a todas... ¿acaso amas?
¿Puede
tu duro corazón olvidar desaires
y
tan crueles carcajadas en oscura tarde?
Dices que la olvidas, pero al escribir la nombras.
Así
nombro cada instante una vacía caricia,
una
palabra dura ante mi amor,
y
una despedida como látigo ardiente
rompiendo
en mil pedazos mi corazón.
No
la olvidas, porque nunca la has amado,
sólo
el calor de un nuevo día te incita,
las
briznas se van con el viento, las
tristezas quedan,
y
el amor, es como una gota de lluvia sobre una roca.
Talla de a poco la insolente calma
y
entre las pavesas que se lleva el viento
se
va también un beso, que se lleva el alma.
¿Y dices que la olvidas?
No
puedes olvidar lo que nunca has amado,
en
cambio yo, pretendo olvidar en medio de sonrisas
leves
marcas bajo mis ojos,
y
una sutil sombra que me persigue
¿Y
dices que aun así la amas?
¡Qué mentira!
Nunca
se ha de amar, lo que no ha sido amado,
¡y
menos olvidar, lo que no has tocado!
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla,
septiembre 1/13
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