MI PINTOR 8/A Edita Martinuzzi [2]
Mi pintor de sueños me regala una sorpresa
cada segundo.
Me pregunto siempre: ¿cómo hará para incrustar
colores y transformarlos en vida? ¿qué razón tiene para pintar de tal forma, a
pesar de que destruimos su obra?
No lo sé, no hay respuestas ante su magnífica
paleta, ni encuentro otro pintor mejor que Él, arriba, abajo, ni a los lados.
Él me dice con cada música que llena sus
pequeños pulmones, que todo tiene una razón, y la causa es la voz de la brisa,
el hálito primero y final de nuestras vidas.
Este mes es dedicado a esa invisible razón que
llena mis pulmones, y que finalmente será entregada al dueño del huerto, al Señor
que maneja la paleta divina, y transforma los ojos en luceros, talla esmeraldas y rubíes en tan diminutos
ángeles, que se pasean ante nuestros ojos,
aman, sueñan, construyen nidos y se levantan cantando luego.
¡Bendito mi amado pintor!, niño herido y
maltratado de cada día, donde despojamos a los humildes de sus tronos de
liviana paja, para apoderarnos de sus inviernos y veranos, y finalmente tener
que entregar nuestras riquezas mal habidas, al dueño de la paleta y al Señor de
los colores.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 27/13
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