sábado, 28 de septiembre de 2013

EN MI LAGO [5]


EN MI LAGO [5]

Sorprendida estoy de mi lago;
a pesar de intenso aguacero
las nubes están más azules,
los verdes más intensos,
los blancos más blancos,
y resaltan entre los ocres de las hojas
los marrones de la tierra
y los pálidos rosa de tu boca.

Tengo mi cabellera dorada…
Los grises brillantes se han oscurecido,
una mirada transparente dibujo
cuando niños buscan perlas
y se entretienen con desechos del mar.

Vidas que marcharon o regresaron;
navegantes que dirigen sus barcas
se alejan hacia cualquier punto
buscando como todos,
un poco de felicidad.

No pude dormir anoche, ¡soy tan débil!
me asustan las tormentas y los rayos,
lo impredecible de una noche a solas,
lo mágico de la luz que viene del cielo
o tal vez se oculta bajo tierra,
y nos muestra con su voz ronca
que hay alguien que nos quiere.

El bullicio, esa alegría de niños me conmueve.
Ha pasado el tiempo pero no envejezco,
tengo las manos arrugadas y la frente en alto,
girasoles dorados de mi huerto imaginario
y las plantas pisoteadas se renuevan
ante el paso de las aguas que se juntan,
para llegar todas a un hermoso lago.

Brotan las flores de loto
tienen el color púrpura del tiempo,
esperan a su favor el viento
para desprenderse y caminar
hacia su destino.

Garzas blancas picotean
y entre sus dorados picos marcha un santo,
un pequeño pez que entregó su vida
para que otro fuera y trinara…

Y en el rincón de los desechos no aceptados,
por la fuerza del corazón, salen a flote,
y se alejan los alcatraces con los picos llenos,
en tanto espero en la lejana barca
el regreso de mi amor a la rivera.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 28/13


No hay comentarios:

Publicar un comentario