jueves, 1 de agosto de 2013

EL GALPÓN [139]


EL GALPÓN [139]

Sobre una roca la niña espera
y el cantor acusa sobre un árbol,
entretenido tal vez en otros cantos
que como los de él, le animan.


La niña de plumas doradas espera
y el cantor repara en su belleza.
Dócil y mansa como un cordero
no parece polla de cualquier gallinero.

Escogió al de plumas rojas encendidas
sin importar que a otra consintiera,
era su corral bordado en sedas de faisán
y pequeñas ramas secas de hierbabuena.

¡Ven a mi corral! -decía la pequeña-
en tanto escarbaba imaginarias sorpresas
y el esponjado pollo ante sus ojos,
que como pedazos de sol le desvistiera...

Acercase con aires de rey
y a la primera estocada de sus alas,
arrastrando el suelo
dobló las rodillas ansiosa,
sin esperar un beso siquiera.

Y al completar la misión de su vida
contenta al fin le veo
correteando con pequeños juguetes,
que como peluches dorados y negros,
trinan sones de amor ante su princesa.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 31/13 




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