1. ABARLOAR: Arrimar el costado de un buque a otro o al muelle.
2. Abatí: Bebida alcohólica del maíz
3. Abejera: Colmenar, toronjil.
4. Abdalà: padre de Mahoma. Último rey moro de granada que se rindió a los Reyes Católicos.
5. Abastanza: copia, abundancia.
6. Abazón: buche que tienen los murciélagos y monos donde depositan el alimento antes de masticarlo.
7. Abejaruco: ave trepadora de 15cm de largo plumaje colorido, abunda en España, se alimenta de abejas. Persona ridícula cuyo trato enoja.
8. Abejón: zángano macho de la abeja productora.
9. Abejorro, insecto himenóptero. Moscardón.
10. Abejorreo: Zumbido de las abejas. Rumor confuso de voces o conversaciones.
11. Amor: Afecto por el cual el ánimo busca el bien verdadero o imaginable y apetece gozarlo. Pasión que atrae un sexo hacia otro. Blandura, suavidad. Persona amada, esmero con que se trabaja una obra, deleitándose en ella. Relaciones amorosas. Objeto de cariño especial para alguno. Expresiones de amor, caricias. Amor propio: sentimiento de inmoderada estimación de sí mismo que incita a una viva susceptibilidad.
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Fuente: Mi gordito viejo GRAN DICCIONARIO ENCICLOPÈDICO VISUAL .Ed. Lerner Ltda. Colombia.
PALABRAS PARA UN POEMA [98]
JUGANDO CON LA A
Amor, pensando de nuevo en ti
jugando a vivir menos solitaria,
aunque un ruido ensordecedor
como un abejorro a mi oído
me habla de tristes notas de guitarra.
Parece un lejano abejorreo
entre murmullos de viejas chismosas
que se desgreñan en los salones de belleza
y se pintarrajean,
como abejarucos en la montaña.
¿Acaso importa si el sentimiento permanece?,
una huella del ayer, donde estás rendido como Abdalá
agotado ante tanto amor de quinceañeras,
viejas como yo,
que buscan entre los escombros del camino
un gorrión, que después, al pasar el tiempo
se convierte en abejorro africano.
Triste vida, abastanza de todo,
pero para mí consuelo, ¡nada!,
y entre los restos que alguien lanza en el
camino
siendo ave acostumbrada a su jaula,
busco un poco de la miel de la abejera
soy ahora buque cansado,
pero abarloarme quiero en tu costado.
Muerdo tu boca y embriagada quedo,
abatí es el sabor de tu lengua
que como una adormidera tiembla
ante el suave toque de la mía…
Y de tu abazón un poco para mí, ¡ja jajá!…
Una sonrisa contenida, ante rico elíxir
y empiezo a temblar como una hoja,
que desde las alturas la brisa adversa empuja
para volar un poco, y descansar ante mis pies,
en tanto, me abrazo a tu talle fuerte
para volverme loca ante tu mirada esquiva.
Eres esa inquietud constante, un abejón a mi
oído
que pernoctar pretende haciendo nido
en tan herido corazón.
Y al fin, me rindo…
Dejo pasar esa corriente oscura del ayer
y me ofrendo a tus labios,
sin importar duras palabras que mataron mi
esperanza
dejándome ante los demás,
como la más cruel y despiadada de las víboras.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 10/13
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