jueves, 11 de julio de 2013

SUEÑOS DE FELIPA [144]


SUEÑOS DE FELIPA  [144]

Alguien soñó con una escalera muy alta y empezó a subir hasta llegar a la meta, una vez allá, le dijeron: -debes regresar, no has completado la cuota, debes recoger las flores que has dejado en el camino.

A su retorno se dedicó a regalar lo suyo, a entregar alimentos a todo el que pasaba por su casa con hambre, sus dos pensiones no eran suyas, eran del prójimo, su vecino, su amigo, el vagabundo de la otra esquina.

Un día dijo: ¡no daré más semillas a los palomos!... Nunca me he comido un solo pichón, vienen y se van todos los días, año tras año...

En la noche, soñó que el mismo hombre del sueño anterior la regañaba: -¿por qué despides a mis ángeles de esa manera?... ¿acaso eres tú quien los alimenta?, Soy yo, el dueño de tus manos y las semillas que están ahí...

La mujer despertó y contó el sueño a mi madre.

Extrañada porque los palomos no llegaban, se quedó viendo hacia las cuerdas de la luz y muchos palomos colgaban de ellas, había palomos muertos en el techo, en el piso, sus niños no estaban...

Angustiada y conmovida fue por alimento, de nuevo empezaron a llegar palomos, decidió que iría al parque todos los días, a regar semillas y entretenerse entre sus arrullos de amores, sus idas y venidas, luego se fue para la iglesia...

¡Se sentía muy cansada!
Ese día vino algo sobre su cabeza y cayó al piso...
Mi tía Felipa murió a los pocos días en una clínica en Bucaramanga.

Entre sus manos llevaba flores para sus muchachos, que la esperaban en el cielo...

Ella dedicó su vida a servir a los demás, pero su historia no ha sido contada todavía...

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 8/13 

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