jueves, 11 de julio de 2013

EL GALLO DE PEDRO [143]

EL GALLO DE PEDRO [143]

Estaba el gallo irreverente en una rama:
Le cantó al sol de cada día...
Su misión de poeta para sus damas
Que guardaban callados luceros bajo sus alas.

El gallo de rojas plumas
que ante la brillantez de su imagen
con el arrastre de sus alas,
y una leve danza,
la polvareda levantaba...,

halla entre las manos ociosas de un vecino
cruel veneno, que desnudó de su carne las plumas,
para vencer su vida sin un gallardo duelo.

¡Ya no hay recuerdos! ¡No hay plumas!...
De sus ojos apagados la tristeza,
de sus damas soñadoras, niños fríos.

Del árbol,
ausencia de un cantor
anunciando un nuevo día.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 8/13  

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