jueves, 11 de julio de 2013

ANDERSON/Viendo al mar [145]


ANDERSON/Viendo al mar [145]

Su nombre es el cometa de la tarde,
el primer lucero que brilla para nosotros
en su horizonte tantas veces visto...

Tal vez pensaba en algo,
sus perlas un tanto tristes
una vaguedad extraña a ratos.

¿En dónde estoy?...
¿Qué son esos azules infinitos?
¿Esa línea del infinito qué significa?
¿Será que hay más líneas después de la última?

Y pasó el tiempo,
su barca se fue a navegar con él.
Quebró la tarde nuestros sueños pasajeros,
pero el suyo, liviano entre sedas de colores,
bordeó una estrella,
que se escondió cual perla
entre los ojos.

¡Ya no corras más niño de mirada feliz!
Tus sonrisas son campanas de Navidad,
vaga tu recuerdo en nuestros llantos;
en nuestras diarias oraciones te quedas,
en el regazo de tu madre al despertar
y el de tu padre al ver hacia la montaña.

No hemos llorado más…
Te vi disfrazado de golondrina hace un rato,
tan veloz surcaste el cielo
que no te detuvo ni el cantar de una cigarra.

Entretenido en ese cielo de mágicos atardeceres
prendido de tu destino, las estrellas de colores te veían,
eras uno con el sol
al silenciar la tarde.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 8/13 


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