lunes, 15 de julio de 2013

MI NOMBRE [114]


MI NOMBRE [114]

No importa mi nombre,
les contaré que algún día tuve hambre,
soñé que era una garza blanca
con falda de satén y seda;
que mis zapatillas se elevaban
una y otra vez, y volaba por el aire
mientras un tipo de cabello rizado me observaba.

No sé lo que sentí el primer día,
sensación extraña, inquietud,
el corazón danzaba
parecía gotas de rocío sobre las flores.

Detallé ante un espejo mis ojos,
parecían los de  tórtola herida,
mis manos temblaban
y calaban los huesos el frío...

Ve... ¡desnúdate...! ¡Empieza la función!
Sus miradas son arrogantes,
olores a veneno  y polvo blanco que toman como vino,
bocas son hienas en espera de su presa pequeña...

¡No tiembles!...
¡No te arrugues que a esto has venido!...

¿Soñaste acaso con ser la dueña del arado y del trigo?
¿Creías que eras la más bella de todas,
y por tal motivo brillarías más que otras?

¡Danza sobre la varilla de acero!
Que todos vean tu trasero bien dispuesto,
que detallen tu figura de guitarra
enflaquecida por el miedo.

¡Danza!, eres la garza que soñabas
el gorrión que buscaba abrigo bajo un pinar
sintiendo los labios de tu primer amor
descansado sobre tu regazo...

Y en el día,
si todo ha pasado,
toma un poco de mi veneno
y duerme un momento,
muere un instante,

pronto llegará la noche
y tus ojos se abrirán
para que seas parte inocente
de sus ruines carcajadas.

No grites que tus gritos son bofetadas
en tanto negocian con tu piel
y tus ideales se los roba el viento,
junto a tu belleza que declina
como el sol en la tarde.

Raquel Rueda Bohórquez 

Barranquilla, julio 15/13  



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