¡GRANDE
MI JEFE! [113]
Aquí
no hay grandes,
todos
somos iguales.
¡Gigante
el sol
que
se entretiene con humildad
sobre
los verdes pastizales!
¡Aquí
nadie es gigante, no señores!...
Simples
pasajeros en el tren de la vida.
Un
corto viaje nos enreda en el camino,
nos
esfuma en cualquier segundo,
nos
resucita tal vez en otra esquina.
Aquí
no hay doctores de leyes, ni corbatas de oro...
No
hay reinas que estén sobre el sol como María
ni
diosas que destruyan la maldad,
pisoteándola
como ella,
pues
lo único que vence al odio es su amor.
Los
únicos grandes están de rodillas,
doblan
el cuello con ligereza las garzas
y reciben
un premio bajo sus pies.
Levantan
vuelo las águilas
y
bajan a buscar tibio sustento.
Aquí
todos tenemos que agachar la mirada
para
tomar el alimento sobre la mesa
y
elevarla para tragarlo…
Agradecer
a mi Jefe,
grande
entre los grandes,
pequeño
se hace entre los humildes,
que
serán los ilustres
junto
al sol de mis mañanas.
¡Nadie
se envanecerá más que los lirios del valle!
¡Nadie
perfumará más que las flores!
Nacen
en cualquier rescoldo del camino, las siempre vivas
muriendo
con las mariposas engalanadas
que
desde su fabricada cárcel resucitan
para
desaparecer al rato,
cuando
más felices bailaban.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
julio 14/13
No hay comentarios:
Publicar un comentario