ESPINAS
[38]
Te
recuerdo plantado en mi huerto,
espigado,
aguantando la fuerza del sol,
y
tras el viento, el arenal caliente,
sin
el frescor que resucita una flor.
Te
extraño en mi jardín,
me
hacen falta tus carcajadas.
Nos
dañó el paso la arrogante cascada
y
con ella la humillación.
Fue
triste perderte
en
medio de alocadas palabras
nacidas
de la rabia y la indignación
que
más que acercarnos, nos alejó.
Una
rara fantasía habita mi corazón
como
ayer esperando tu voz,
entre
hilos invisibles de mi computador.
De
nuevo detallo mi jardín:
Aparece
un solitario cardo a punto de florecer,
pero
es el amor para otras
mientras
lo veo envejecer.
En
medio de una vaga tristeza
con
tantas espinas y heridas,
de
mortal veneno me cubriste
cuando
en mi alma sólo existía
tu desamor.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
julio 27/13
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