BAJO
EL MAR [96]
Quise
viajar por mi caracola
adornada
de brillantes sedas
y
nácar de colores,
escondida
entre los corales
de
tu corazón.
Cerré
mis ojos al fin
cuando
mi ola apareció;
noble
y gigante,
me
arropó con su traje de seda.
Con
paciencia infinita dejé de luchar,
y
me abandoné...
Miles
de colores
entre
el rojo encendido.
Vinieron
los azules y aguamarinas
enredados
en verdes,
fue
un iris
explotando
en mi vientre
cual
tu semen.
Soy
una hoja mecida por un huracán interno.
Me
dejé llevar…
Tus
brazos eran sedas en el viento:
Extendidas...
Alargadas...
Fueron
tintes de mágicos destellos
que
me abrazaban toda
y
me vencían...
Abiertos
los ojos,
nadie
los pudo cerrar...
Un
arrume de plácidas cometas,
un fulgor brillante más allá...
No
era yo;
era
una lluvia de cometas encendidas
esa
extraña sensación de alma…
Pero
a lo lejos me veía
con
el rostro pálido como un cirio,
y
dos perlas perdidas
buscándote
bajo el mar.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
julio 19/13
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