miércoles, 19 de junio de 2013

SOBRE LA MESA (51)

SOBRE LA MESA [51]

Un nuevo día de ojos abiertos;
lo soñé ayer, que de brillos mi ventana
se llenaba y se colmaba.

El Mago se convirtió en árbol
y entre suspiros de hojas me hablaba.

¡Lo sabía! ¡Ahí estabas!...
No había penumbra ni sonrisas vagas.

De las rosas pálidas, sus leves espinas,
y una oración, si ayer, malas palabras.

Abrí los ojos y eras el  aura…
Una luciérnaga calló su brillo
para dormir bajo cualquier rama
arrullando de amores a sus niños.

Y sobre la mesa un cristal nuevo,
se cambió el agua por una más clara.

¡Qué alivio saberte en el cielo!
¡Mi divino rostro!, ¡mi pálido niño!

Arropado entre mágicas luces
se tornó violeta el sueño más leve.

Agigantado en imponentes nubes,
el brillo del sol buscó las montañas
cual  amante que nace de nuevo.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 19/13 

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