VIOLÍN
[52]
El
sonido del violín parece una bruja llorona.
Escondido
en el jardín oscuro de sus alboradas;
una
daga hiere sus cuerdas vocales,
para
que de su alma brote una lágrima.
Quedan
los escombros de un ayer,
una
almohada llena con sus penas.
¿Dónde
está su fuerza y poder?
¿Entre
su esponjada falda de madera,
que
en vez de varón parece una hembra?
Mi
flor violeta me acompaña hoy,
me
dijo al oído: Si te hieren, no calles.
Tienes
el son de la brisa,
el
canto de los morichales
para
que de tu interior broten sones
que
hagan palidecer los mares.
Y
el violín decidió llorar.
Del
rocío un ramo de flores.
Detrás
de mí un ángel me sigue
y
ahuyenta todos los males.
¡Ya
no llores niño!...
Un
árbol ha muerto por tus cantares,
se
talló tu cuerpo de mujer en madera,
y
sus lágrimas brotan como manantiales.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
julio 18/13
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