miércoles, 19 de junio de 2013

EN VUELO (50)


EN VUELO (50)

Extiendo mis alas, voy a dormir.
Será morir un poco, para revivir mañana,
ansiando de amarillos se vista mi ventana
y un ruiseñor de voces cálidas,
asome como un hidalgo de capa sin espada,
para besar a su dama.

Agradezco a Dios por mi día...
No hay oscuridad donde la luz se empeña.

Si hay  verdad, habita Dios,
y  veneno esconde el cascabel;
más no seré yo, lo sabe Él,
quien penetra,
hasta el más recóndito nicho del alma.

Cerraré los ojos a mi hoy,
otro día llegará con luces nuevas.

Cerraré los oídos y los labios tal vez,
o dejo que me guíe la claridad de las palabras.

Vago como una gaviota de alas abiertas,
¿escuchas el cántico del mar 
quebrándose en la playa?

Un alboroto en la noche 
forman los amantes,
cuando las olas enamoradas,
en su piel descansan.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 18/13



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