jueves, 20 de junio de 2013

NAVEGANDO (47)


NAVEGANDO [47]

Dejaré que se hunda la barca
o que cruce hacia su destino.

Me quedaré viendo el brillo de las olas pequeñas
que con la brisa van y vienen.

Alguien me dijo: “mira hacia donde los relojes”,
allí los sabios marcaron escapularios a María
y Dios es la primera letra del alfabeto.

Entonces, con gran alegría divisé un bigote,
me enternecí con tus ojos negros,
pero distantes de mi corazón vieron hacia otro lado,
para quedarme sobre la roca, 
vencida y doliente.

Si no ves hacia ese muro
divisa hacia donde crecen cascadas,
bajan sobre la cuesta,
muestran sus inmensas faldas blancas
entre espumas que van con la brisa
también van sus brillos,
que estremecen a las más hermosas flores aladas.

¡Creo que sí!… dejaré que se hunda mi barca,
permitiré a mis ojos divisar otro cielo más azul
donde la morenita pintada en un lago, parezca de tul.

De rodillas tal vez, o con mis pies desnudos,
dejaré que los anillos de plata besen mis dedos;
tomaré pequeñas golondrinas que anidan en las rocas
y las dejaré volar con mis dulces sueños.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, junio 19/13 




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