MAMITA
[125]
Madre
en tus brazos tibios
el
sueño de otro día esperaba.
Regazo
donde tu leche blanca y dulce
era
el manantial más ansiado.
Pedacito
de Dios, ¿en dónde estás?
Un
día nuevo para recordarte,
mis
ojos de prados tiernos,
mi
rosa blanca tan de Él.
Aquí
estoy contigo nuevamente,
escucho
los cascabeles de tu corazón.
Me
embeleso en las flores de tus pechos
y
descanso plácidamente,
viendo
tus luces encendidas
y escuchando
las dulces notas de tu corazón.
Raquel
Rueda Bohórquez
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