lunes, 10 de junio de 2013

MIRADA DE ÁGUILA (126)

MIRADA DE ÁGUILA [126]

¡Qué pequeño punto eres en el universo!
Pero tan grande que puedes volar,
cierra los ojos, abre tus alas y comienza a planear.

He visto desde aquí el caminar del hombre.
La gran obra del Pastor, las sierras la consumen,
el fuego de sus almas destrozando un nido
donde creí vivirían felices mis niños.

Desde aquí sus maldades sin nombre,
depredador que acaba con su propia especie.
Los ángeles que retozaban en las praderas
sólo desperdicio son para adornar sus falsas obras.

Mi madre herida llora gotas de sangre,
su vientre se desvanece entre grandes palas,
el filo de sus cuchillos son de doble faz,
la mentira y falsedad habita en sus almas.

Un cambio se aproxima en los jóvenes,
los viejos con sus vicios enseñados, marcharán.
Cantores nuevos vendrán en su reemplazo
y sobre el cielo un águila les observará.

¡Corre!... Se avecinan días tristes,
sus culpas a nadie echarán.
No hay cerros que aguanten leves brisas,
vomitarán montañas hirviente lava.

Un aguacero tras otro nadie contendrá.
No hay brazos fuertes vestidos de traje verde
ni musgo que contenga las rocas,
ni orquídeas que jueguen con las ramas.

¡Qué no digan que soy castigo!...
Se dedicaron a saquear y a robar.
Sus horas están contadas bajo la higuera,
sus manos retornarán vacías
clamando otro paraíso para llorar.

Raquel Rueda Bohórquez 

Barranquilla, junio 10/13 

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