DIVAGANDO (8)
Mary
Soco Rueda, también tuve criadero de canarios, conozco de su cría, sus perlas
cuando revientan a la vida, su desnudez…
Conozco
de mis pasiones y debilidades. Tanto me conozco, que a ratos no sé quién soy...
Mis
niños cantores me acompañaron en momentos muy difíciles de la vida, decidí que
eran de la libertad, y con ellos abrí mis propias alas.
Triné
con ellos, conocían mi voz, me hablaban a su manera, me decían también que me
amaban, que era lo único que tenían,
pero era mentira, no era nada para ellos, sólo su carcelera que deseaba robar
sus trinos, para enmudecer dolores que me aquejaban.
Conocí
de su libertad cuando dije: ¡No más!... No estaré sometida a una prisión
cantando melodías lúgubres, no me someteré a la traición ni la burla de nadie,
y entonces clamé al cielo, y de allá vino la respuesta: Sé feliz con lo poco, aunque
mucho poseas, si no tienes la valentía de vivir, nunca conseguirás una sonrisa
plena en tus labios.
Ellos
estuvieron ahí porque lo quise, quería que aprendieras algo, y lo aprendiste,/me
dijo una voz, y después la cría de codornices y vendí sus perlas, pero muchos
se reían de mi labor, otros saltaban por las paredes para robar mi trabajo. y
seguí, día tras día, algunas veces cantando y otras llorando, es mi vicio de
loca; y vino la parcela, mis sueños se concretaban, pero tampoco fue, mis
tortugas que están en vía de extinción, fue una lucha inútil, porque mientras
me desgastaba, otros abusaban.
Los
gansos que no han pasado de 6, en 15 años, pero que han solucionado las hambres
de otros, y decidí cantar, gritarle al tiempo que estaba envejeciendo, no tenía una pensión, pero recordé que no
estaba mi madre, mi monito tan joven y bello tampoco, y decidí dejar las cosas
así, cuando una pluma de águila empezó a brotar del alma, me levanté de nuevo y
empecé a volar...
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
junio 26/13
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