miércoles, 26 de junio de 2013

AGRIDULCES (9)


AGRIDULCES (9)

Sobre la mesa el vino,
las miradas altivas y lejanas;
prostitutas que van y vienen
como luciérnagas que encandilan
bajo cochinas sábanas.

Mi jarrón estaba lleno,
mi rosa ardiente en espera;
pasaron mis años buenos
viendo hacia la pared,
mientras tus nalgas volteabas
haciéndote el que roncabas.

Licor agridulce,
amigos de barriada/era lo que amabas
y para mí, ¡nada!...

Sólo limón sin azúcar
eso fue lo vivido.
No comparto mis ganas
con hombre que sea bandido.

Y entre lo que ha quedado, /mi estima
el honor de la rosa presente
vale más que mil calientes,
que te aguardan en la esquina.

No vacíes la billetera,
cuida tus cansadas rodillas;
cúrate de males ajenos,
son la paga que ha quedado
por viles traiciones seguidas,
que por mi amor has pagado.

Cierro la puerta de nuevo.
¡Qué delicia mis perfumes!
El vino añejo se sirve
en copa más fina.


Échale el ojo a la inquilina
que tiene buenos pezones,
y te ajustas los calzones
para que des buena lidia,
porque entre tanta codicia
de mujeres de salón,
nada te queda ahora
pues te creíste bribón.

Siglo XXl,
¡gran prosperidad!
Dulces años pudieron ser,
pero los quisiste vivir
como un niño viejo,
buscando solo placer.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, junio 26/13 

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