martes, 21 de mayo de 2013

LA VOZ DE MI JEFE (53)

LA VOZ DE MI JEFE (53)

Aquí atan los hombres, y nos encadenan. 
Dios desata con la muerte y nos libera.

De nuevo me someto a sus rayos divinos, 
a ese dorado que nos llama.
Me atengo a su voluntad cada día 
aunque a ratos reniegue.

Lago azul que tornas en dorado, 
un beso del sol derretido entre tus aguas
habla de la majestad de los colores, 
de ese desconocido ser que se muestra entre todo, 
en el paisaje, en la lluvia, en el brillo 
que a ratos olvidamos. 

Ahora, sometida estoy a la brisa, 
a éste tiempo que me toma de rodillas un tanto pálida, 
con tanta hambre que pareciera que agonizo, 
y tanta sed, 
que me sacio en el  oasis de tu palabra. 

Un rayo misterioso tiene la fuerza de tu voz, 
como un águila herida que se deja caer
y resucita en un segundo con algo entre sus garras, 
para volar de nuevo con sus alas extendidas, 
sin pavor ni horror, 
pues le esperan sus niños en acolchado nido. 

Silencio un instante, 
la voz de mi Jefe es de respeto.

Calla un minuto y escucha... 

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 21/13





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