martes, 30 de abril de 2013

PALMERA [1]

PALMERA [1]

A ratos la palmera se torna vanidosa
se cree que es dueña del sol y del ocaso,
pero al caer de la lluvia,
un leve abrazo tumba sus alas
y la quiebra al azote del viento.

Elevada a veces, altanera y humillante
así como se alzó erguida y soberbia,
así como se elevó por encima de otras hierbas
una leve corriente la tomará
para despojarla de tanta vanidad.

He visto elevarse una palmera
y en un segundo ante mis ojos
sólo pavesas, es una mueca triste
donde sus pequeñas raíces se doblaron,
e impotente cayó como un suspiro
vencido ante mis labios.

Triste me siento a ratos,
pareciera ser sólo una hoja mecida por la brisa;
pero al recordar los aires de palmera,
me di cuenta que también antes de primavera
con mi tristeza estaba en el piso.

¡Que no se levante!
Nadie tomará sus despojos.
Se vistió de novia erguida y soberbia
y ahora llora amargas hieles la doncella.

No es de la vida el elevarnos tanto;
viene un soplo ligero y nos destruye.

Una semilla se volvió higuera,
más la furia del huracán
hizo que se elevara sobre una nube,
pero sin lástima,

¡le arrojó sobre la rivera!...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 29/13

No hay comentarios:

Publicar un comentario