miércoles, 17 de abril de 2013

MI VELERO [82]

MI VELERO [82]

Al paso de las nubes un grito llega 
y se estrella sobre la cumbre.

Una bandada de gaviotas se aleja
dejando un recado 
donde el dolor fue alegría.

Notas frescas aparecen 
musitando desde los vientres, 
y se elevan con la luz de un nuevo día.

Cascadas rebosantes de dulzura
recorren los caminos…

Su bullicio es la vida, 
es el cantar de golondrinas
que con sus almas de cristal besan el cielo.

La vida renace después de la muerte
y envidio su viaje vestidas de novia
simples y sencillas ,
adornadas de blancos velos.

Corre aprisa mi velero, 
no sé a dónde me llevarán mis afanes
y ese camino queda atrás, 
dejando una huella que se borrará
con tan solo el paso de la brisa, 
...ese cantar del viento…

Esa melodía de palmeras 
que dejan los suspiros del mar
que huyen entre las olas perseguidas 
por un destino incierto,
para morir en las playas 
y renacer de nuevo.

Son niñas juguetonas tras de la nada
una y otra vez, siempre cantando,
siempre felices de existir.

El llanto de las olas 
me conmueve una vez más…
Viven  agitadas, siempre aprisa,
para llegar todas al fondo del mar.

Danza el tiempo con destellos de colores.
En el ocaso impasible veo al destino.
Violetas encendidas son tus ojos dorados
siempre dorados en mi camino.

Sin buscar el oasis de tu orilla
me acercas a él cada día
con mis propias prisas.

Me arrodillo y silencio.
Luego de ahora
veo pasar de nuevo a mis luceros
que como brillantes ojos de tigre
esperan…  aguardan mi paso,
cerca de un manso arroyuelo…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 17/13


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