Caballo y mar.
VIENDO EL MAR [142]
Pude detallar el mar,
Sentir la tibieza de su amor.
Las pequeñas niñas danzarinas
Una tras otra,
Como si jugaran o volaran ante el sol.
No
estaba sola,
Mi
sombra era mi amiga,
A
donde voy me sigue y consuela
Y
persisto en ver a las alturas
Para
encontrar un motivo a tu adiós.
¡Qué
danzantes viajeras!
Pálidas
y matizadas...
Adivino
imágenes donde no estás.
Busco
entre el manso cantar del mar, tu voz
Pero te alejas, como el navegante,
Hacia
el cerro que se esconde
Y
oculta de tus ojos mi verdad.
Viendo
el mar te descubrí,
No
eras mío ni de nadie,
Eras
de las golondrinas
Adornadas
de terciopelo,
De
las flores de un día
Que
perfuman,
Sólo
perfuman al pasar.
Me
atuve entonces al silencio,
Ahí
encontré un motivo:
Llené
de letras una blanca lápida
Y
me quedé con tu recuerdo
Muriendo, a la par conmigo.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
abril 1/13
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