REALIDADES
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¡Me desinflé!;
te
había preparado camote y hasta viajado contigo.
Habíamos llegado a una playa solitaria,
el agua era cristalina y deliciosa
no había nadie sino los dos,
pero ahora, sólo me queda un poema.
Busqué una pluma para volar
un
lago cristalino donde la blancura de la nieve se copiaba,
todo era un madrigal que se construía paso a paso.
Me embelesaba en todo lo tuyo,
tu piel morena, tu cuerpo, tu voz, tus
palabras.
Me hacías reír por todo y nada,
mi
vida estaba girando a tu alrededor.
No me importaba estar en mi cárcel
si
tan sólo tuviera la dicha de hablar contigo,
de soñar que a través de una línea imaginaria
podía
sentirte y creer que me amabas.
¡Tanto he navegado, que no me pierdo de nada!,
todo está ante mis ojos, y ese todo eres tú.
Eres esa luz que entibiaría el frío ropaje en mis noches
¡tan tristes y solitarias!, ¡tan oscuras y tenebrosas!,
que a tu lado se pasaban como si no existieran,
hasta amanecer pensando en ti.
¡Me desinflé!, vano es soñar, pero es válido.
Alivia en mí la soledad,
los
tormentos se van con las garzas de colores.
Sorber del agua de tus labios, era mi antojo,
comer de la miel de tu mirada, mi tibieza,
ir de tu mano soñando que podría ser mía,
era
mi consuelo.
Acabo de abrir los ojos, ¿o me los abriste?
Otra ocupa ese lugar que soñé mío,
te alienta a seguir por el camino de la vida,
el que parece no dibujarnos, ni como sombra,
y en espera del amor, sigo soñando.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 9/13
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