MUÑECOS
DE CENIZA [63]
Historias tan tristes
que
a ratos parecen imposibles,
más
los alcances del hombre son insospechados,
su
maldad no tiene límites,
tan
insaciable es su ambición
que
terminará devorando su propia piel.
A ratos temo marchar
pero me doy cuenta de la realidad,
detallo los ojos de mis hijos
y acuso de Dios su voluntad.
Un rato más hemos de esperar.
¡Pobres
de los chicos que vienen!
¿Qué hemos dejado?,
Tienen el planeta en sus manos,
¿cuenta se habrán dado?
Tendrán
que recoger las cenizas
y armar tristes muñecos yertos
como los que a diario vemos,
para llevar en su recuerdo las imágenes
de todos los inocentes
convertidos
en pálidos huertos.
¡Cenizas
al viento!
Armarán
otros juguetes, lo presiento;
el
mundo estará limpio de maldad
para
que reverdezca la llanura
y
lleguen mejores tiempos.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 5/13
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